
Ya hace tiempo que me llama muchísimo la atención (y me conmueve profundamente) la fuerza, energía y fortaleza de las madres, padres, hermanos/as, abuelos/as, incluso tíos/as de los niños con necesidades especiales, sea cual sea su diagnóstico (si lo tienen).
Pensando en ello, y casi de repente, ayer mismo, me vino a la mente la imagen de una pieza de cerámica reparada con oro. Esta técnica proviene del arte tradicional japonés y se llama Kintsugi, consiste en reparar objetos rotos rellenando sus grietas en oro, de manera que se destaca la parte dañada, considerando que el objeto es más valioso si tiene historia, si ha sufrido y se ha recompuesto. Así que, en lugar de disimular las líneas de rotura, las piezas exhiben las heridas de su pasado, con lo que adquieren una nueva vida.
En el kintsugi, el proceso de secado es determinante. La resina mezclada con polvo de oro tarda semanas, a veces meses, en endurecerse. Es lo que garantiza su cohesión y durabilidad
El resultado son piezas únicas, que ganan belleza, valor y resistencia. Una pieza reparada con el Kintsugi, destaca la fragilidad a la vez que la capacidad de recomponerse después de una adversidad…como muchas familias con hijos con discapacidad (madres, padres, hermanos/as, abuelos/as…kintsugi)
Esta es mi percepción, cuando pienso en crear una comunidad a la que he llamado Más que Madres, esto es lo que quiero transmitir cada vez que hablo de ello: personas que se han roto y recompuesto, personas resistentes (o resilientes) a la vez que frágiles, que cada vez que es necesario se recomponen y que poco a poco, van rellenando las grietas con un material tan valioso como el oro.
No son super madres, ni madres especiales, ni madres extraordinarias, son madres kintsugi por su vulnerabilidad, resistencia, valor y belleza. Porque brillan como el oro cada vez que les da la luz.
Personas que además tienen la generosidad de compartir con otras madres su experiencia, conocimientos, información…que con sus pequeñas acciones, están cambiando el mundo: desde su Blog, desde el libro que escribieron, desde su asociación o desde la escuela donde asiste su hijo/a. Mujeres que no son ni mejores ni peores, pero sí (creo yo) más valiosas que antes por todo lo que han aprendido.
Más que Madres será, simplemente, una comunidad donde empoderar, dar a conocer y poner en contacto a estas madres.
Y para terminar, puedes ponerle música: Lehonard Cohen tiene una canción preciosa llamada “Anthem” donde dice: “Hay una grieta en todo, así es como entra la luz”. Así me siento yo estos días rodeada de madres que un día se rompieron (quizás fué la semana pasada) pero que por ahí les entró la luz a borbotones y las ha inundado por dentro. Estoy rodeada de luz…ojalá os pudierais ver con mis ojos.
Si quieres saber más de la comunidad Más que Madres puedes hacerlo a través de este ENLACE, también inscribirte al primer encuentro que tendremos el próximo 14 de Marzo en Barcelona.